Cross del Jamón: Crónica Antoñiko

El termómetro marcaba -3º, y el pele se hacia notar en los pies. Nadie quería bajar del buga de ruye, pero habíamos venido para algo, no? Sí, para correr a más no poder.

Tras ver como Aquaman dejaba escapar el Jamón en el sprint por unos miserables metros, comencé a calentar. Mientras lo hacía, pude ver como le hacían una entrevista a un “tiparraco”(Tercero de ESpaña de triatlón), el ganador del año pasado. La carrera de hoy consistía en 4 vueltas de 1’8 km, categoría “de 18 a 39 años”, en la línea de meta me puse al lado del “tiparraco”, ya que no quería regarle ni un metro, pero no siempre querer es poder, y desde la primera curva se puso en cabeza a tirar como un poseso.

Los grupos se iban formando, menos el del “tiparraco” que no tenía a nadie con quién ir debido a su aplastante superioridad. Mientras tanto yo iba haciendo relevos con un corredor que iba a mi ritmo, delante de nosotros teníamos al “tiparraco” que ya casi ni lo podíamos ver, y por detrás a un grupo de 5 personas pisándonos los talones. No quería disputarme en el sprint si quería un queso o un chorizo, así que aumenté el ritmo para intentar dejarme al corredor con el que iba, pero escuché –duciemqleiv diusadf!! Y le dije -qué¿? Y me dijo –Tranquilo soy veterano. Este corredor quería acabar la carrera conmigo, y intentar que no le pillaran los veteranos que venían por detrás, cosa que me ánimo. Yo le dije, -Venga a por el Jamón.

Los dos mediante relevos íbamos aumentando el ritmo desenfrenadamente, llegado a la última vuelta, podía ver como el “tiparraco” estaba más cerca pero todavía a un mundo de nosotros, tal vez 20-25 seg. Durante la última vuelta no le recortemos prácticamente nada, pero lleguemos a la última recta de la vuelta (Que tendría unos 500 metros), le dije –Voy a intentar cogerlo. A pesar de lo reben que iba, apreté los dientes y tiré a por él, no me importaba petar como una chicharra, sólo quería intentarlo. Cada vez lo tenía más cerca, pero la meta también estaba cada vez más cerca, me puse a la altura de él y posteriormente lo adelanté cuando quedaban 40 metros, “el tiparraco” al sorprenderse de ver mi aparición, me hizo un contrahechazo, y posteriormente peté.

Cuando llegué a meta le dí la mano y le dije, -Muy buena, eres un máquina. Con mi actuación había hecho vibrar al público y al comentarista. Y a pesar de la 2º posición y de no llevarme el Jamón, estaba feliz, muy feliz de haberlo intentado pese a mis negativas posibilidades, feliz de ver que había estado a la altura y feliz de no haber tirado la toalla. En esta carrera, pese a ser una carrera popular sin importancia me he dado cuenta de una cosa, “Nunca des nada por perdido”.