Cross del Jamón: Crónica Oscar

Llegó el Cross del jamón, uno de los míticos, una carrera en la que para mí, si algo podía salir mal, salió peor. Todo empezó cuando me dirigía a la zona de carrera con mi abombado acompañante bromeando sobre si llegaría tarde o no, pero no era broma, era real: “En dos minutos la salida de 14-17 años masculino”. Sin tiempo para calentar, me quité la ropa que me sobraba (casi toda, corrí con dos mallas), dos progresiones, y a la línea de salida.

Con la esperanza de quitar la paja del grupo cabecero, salí dándolo todo, y aunque mi frío cuerpo no respondía perfectamente, me distancié del grupo unos 5 metros. Todo iba bien, algo debía fallar. Y así fue: primer cruce de calles, primer fallo de la organización, ni una p… señal indicando el camino. Esperé al grupo y le pregunté a un corredor de Petrer por dónde era: “No tengo ni idea”. Al final, de los 1800 metros de la primera vuelta, hicimos unos 1200.

La segunda vuelta, esta sí completa, consistió en un ataque mío tras otro que no fueron suficientes, bien por la repuesta de los otros corredores, bien por sus atajos rastreros por la acera, cinco hachazos en 1000 metros que sólo valieron para quedar segundo y conseguir un cochambroso queso por el que tuvimos que esperar más de tres horas debido a la lentitud de la organización, típica en esta prueba.

En cuanto a los demás, Ruye dio el máximo durante la carrera, y Bomba-Ciclón pegó un enorme petardazo para nada, otro ruinoso queso.

En fin, dudo que vuelva algún día...

Mañana: Crónica Antoñiko